Reserva Mbaracayú Visitala
El sector turístico es uno de los más importantes a escala mundial, existen países enteros que dependen casi exclusivamente de este rubro para su activación económica. Solo en el primer trimestre de este año, los destinos a nivel internacional recibieron unas 117 millones de personas, según la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Mitigar el impacto que tienen sus actividades sobre el ambiente y las comunidades es una tarea que muchos actores del rubro se están tomando muy en serio. La firma de la Declaración de Glasglow sobre la Acción Climática en el Turismo así lo demuestra.
La declaración, firmada ya por más de 450 organizaciones, es un impulso para incidir y acelerar la urgente acción climática en el turismo. Las organizaciones firmantes se comprometen a ejecutar planes que contribuyan a alcanzar los objetivos de reducción de las emisiones contaminantes en esta década.
“Declaramos nuestro compromiso común de unir a todos los agentes para transformar el turismo y hacer que contribuya de manera efectiva a la acción por el clima. Apoyamos el compromiso mundial de reducir a la mitad las emisiones para 2030 y llegar a las emisiones netas cero a la mayor brevedad posible, y siempre antes de 2050. Alinearemos sistemáticamente nuestras acciones con las últimas recomendaciones científicas, para cerciorarnos de que nuestro enfoque sea coherente con el objetivo de que, para 2100, las temperaturas no suban más de 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales.”- Fragmento de la declaración.
Acceso al Salto Karapá, Reserva Mbaracayú.
Desde finales del siglo pasado se viene instalando el turismo sostenible como modelo hacia el que se debe caminar, cada vez con más urgencia, para seguir disfrutando de los servicios a largo plazo.
Este modelo nace como respuesta a la crisis climática producto de la actividad humana. En el 2005, la OMT y el Programa de las Naciones para el Medio Ambiente establecieron 12 objetivos cuyos cumplimientos constituyen el modelo:
1. Económico: asegurar la viabilidad económica para que haya prosperidad y beneficios a largo plazo.
2. Prosperidad local: orientar y maximizar la contribución del turismo a la prosperidad económica del destino anfitrión.
3. Calidad del empleo: consiste en fortalecer la calidad de los puestos de trabajo, tanto cualitativamente como numéricamente. Además de asegurar las condiciones se tiene en cuenta que no exista ningún tipo de discriminación por raza, género, discapacidad u otras formas.
4. Equidad social: consiste en que haya una justa distribución de la riqueza generada por el turismo en toda la comunidad receptora.
5. Satisfacción del visitante: proporcionar una experiencia segura y satisfactoria de todos los visitantes sin ningún tipo de discriminación social.
6. Control local: se trata de involucrar a la población local en la toma de decisiones que conciernen a la gestión y el desarrollo futuro del turismo en su área.
7. Bienestar de la comunidad: mantener y mejorar la calidad de vida del lugar anfitrión. Para ello es necesario dotar a estas comunidades de los recursos necesarios y que puedan necesitar, tanto a nivel logístico en infraestructuras como servicios. Es fundamental que esto no suponga una degradación o explotación del ecosistema ni de su sociedad.
8. Riqueza cultural: respetar y mejorar el patrimonio histórico o respetar la cultura local y su carácter distintivo es fundamental.
9. Integridad del ecosistema: mantener y mejorar los paisajes, los núcleos urbanos o rurales. Se trata de evitar la degradación del entorno.
10. Diversidad biológica: apoyar la conservación de áreas naturales y minimizar su daño.
11. Eficiencia de los recursos: consiste en minimizar al máximo el uso de recursos escasos y no renovables.
12. Pureza ambiental: reducir la contaminación al máximo tanto en aire, agua y tierra como en reducir la generación de residuos.
En Paraguay, existen propuestas de este modelo desde hace décadas. Sin dudas una de las más representativas es la Mbaracayú Lodge en la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú.
Se trata de un hotel, ubicado en medio del último gran remanente de Bosque Atlántico en el país, en el Departamento de Canindeyú. La maravillosa riqueza natural del lugar permite vivir una experiencia única, a través de actividades realizadas con respeto al medio ambiente, la comunidad y la cultura local.
El emprendimiento turístico forma parte de las iniciativas que la Fundación Moisés Bertoni implementa en su estrategia de desarrollo sostenible, para la conservación de la Reserva. Se trata de un hotel escuela, donde realizan sus prácticas profesionales estudiantes del Centro Educativo Mbaracayú, un colegio internado para mujeres indígenas y campesinas de la zona de influencia de la reserva. Con la estadía, los visitantes contribuyen a la educación de las alumnas.
Ejemplos como este están cada vez más instalados. Existen buenas perspectivas para el crecimiento del modelo en el mediano plazo, el sector turístico en Paraguay tiene una brillante oportunidad de afianzarse en el camino de la sostenibilidad, aprovechando la biodiversidad única que brinda la naturaleza en nuestro territorio.