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Yerba Mate bajo monte: un modelo resistente que asegura sostenibilidad ambiental y económica

El cultivo sostenible de yerba mate bajo bosque responde a la necesidad de adaptar la producción agrícola a las realidades climáticas y de mercado, representando una oportunidad para el desarrollo económico y la conservación ambiental.

Con el Proyecto N° 6293 de BMZ – Yerba Mate Sostenible — implementado por la Fundación Moisés Bertoni en asociación con Global Nature Fund (GNF) y la Fundación Úrsula Merz, con el apoyo de Ministerio Federal para la Cooperación Económica y el Desarrollo (BMZ) — la yerba mate (Ilex Paraguayensis), uno de los productos más emblemáticos del Paraguay, ha encontrado en el cultivo sostenible bajo bosque un modelo que sobrelleva múltiples desafíos.

En un contexto de sequías prolongadas, fluctuaciones de mercado y creciente demanda internacional, el proyecto financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania demuestra la resiliencia de este cultivo en el área de influencia de la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, en un modelo que incentiva la conservación de biodiversidad y incluso la aprovecha mejor para asegurar una cosecha de calidad. Así, la yerba mate cultivada bajo monte se consolida como una opción estratégica de producción.

Superación de la sequía: un cultivo que persiste a pesar de las condiciones extremas

Paraguay atraviesa una de las sequías más prolongadas de su historia reciente, afectando gravemente diversas actividades agrícolas. Sin embargo, el cultivo de yerba mate bajo bosque ha mostrado ser una alternativa resiliente.

La yerba mate es una planta nativa de los bosques subtropicales que crecen en torno al Río Paraná y sus afluentes. Su producción bajo la sombra de árboles ayuda a conservar la humedad del suelo en el que crece y a protegerlo de la erosión, conservando los nutrientes. Estas condiciones son clave para que la producción enfrente sequías.

Este modelo agroforestal no solo protege el cultivo durante las sequías. También mantiene sin alteraciones el ciclo natural del agua y protege la biodiversidad en la zona, lo cual termina incidiendo positivamente en los nutrientes que recibirá la yerba mate así como en la riqueza del bosque a su alrededor, favorecido por los polinizadores.

Los polinizadores alrededor de los cultivos de yerba mate bajo monte indican el enriquecimiento del suelo. Fotografía: Danilo Salas.

Al respetar el entorno natural y diversificar las fincas, se favorece un equilibrio ecológico esencial para la sostenibilidad a largo plazo asegurando ingresos constantes sin el agotamiento de sus recursos, mientras contribuyen a la salud de los ecosistemas locales.

Además, particularmente en áreas de cultivo en la Reserva de Biósfera de la RNBM, se desarrollan otras acciones de conservación en el marco del proyecto N° 6293 de BMZ – Yerba Mate Sostenible: “También estamos trabajando en la recuperación de suelo, la protección de causas hídricos, mejora de la infiltración del agua. Todo esto ayuda a que las parcelas puedan tener más posibilidades de aguantar y sobrevivir al clima extremo”, explicó Hugo Mora, gerente de Desarrollo Territorial de la Fundación Moisés Bertoni.

Rentabilidad y Diversificación: Un Apoyo para la Economía Familiar

Una vez plantada, la yerba mate puede tardar entre cinco y seis años en comenzar a producir hojas, pero una vez que entra en producción, puede rendir hasta por 50 años con el mantenimiento adecuado. Esta longevidad hace que sea un recurso valioso, especialmente en fincas diversificadas, donde se combinan cultivos para autoconsumo e ingresos.

Aunque la yerba está sujeta a las interacciones de oferta y demanda, para los pequeños productores la yerba mate representa un rubro que diversifica sus fincas y complementa la producción. Esto significa una baja dependencia económica que puede llegar a ser la más rentable en ciertos años, y aunque no sea en otros, asegura la estabilidad económica a largo plazo.

Posicionamiento internacional: un producto en auge

A pesar de la fluctuación en los precios, la yerba mate paraguaya ha logrado posicionarse con fuerza en el mercado internacional, exportándose a más de 27 países en 2023. La calidad del producto ha sido clave para su creciente demanda en mercados exigentes como el de la Unión Europea, donde la yerba mate orgánica ha ganado un número significativo de adeptos, especialmente en Alemania. Además, Paraguay se ha convertido en un importante competidor para países como Argentina en mercados clave como Siria y Chile, tradicionalmente grandes consumidores de yerba mate.

Expertos del sector yerbatero destacaron el hecho de que el interés mundial por productos naturales y sostenibles, en conjunto con la gran posibilidad de aprovechamiento gastronómico del producto, conforman una gran oportunidad de crecimiento para los productores.

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